Una
de las secuencias más atractivas de la vida de este personaje fue cuando dejó
la caliba para viajar a España, nos lo cuenta “Diario de Avisos” de Zaragoza en
la entrevista que reproduce “La Correspondencia de España”:
El
caso es que, asentada su vida entre los africanos, recibió una carta de un
hermano “en la que le participaba que su
padre estaba gravemente enfermo, que todos sus hermanos estaban en el pueblo, y
que el moribundo quería verlo antes de terminar su vida”.
Y
Joaquín Ibáñez, en efecto, respondió al llamamiento familiar.
“(...) Por
toda contestación, reunió sus ahorros y marchó a Nemours, puerto cercano a
Argel, donde embarcó para Valencia. Ya en España se dirigió a Perales, donde
llegó días después de enterrado su padre.
“Pero un pariente próximo del muerto avisó a
la Guardia Civil de la presencia del expresidiario en el pueblo, y una noche
cercaron la casa, poniéndole en grave aprieto; milagrosamente logró escapara
saltando la tapia del corral y huyendo a campo a traviesa.
“El motivo que impulsó al pariente a
denunciarle no fue otro que quedarse con los míseros terrones de tierra que su
padre cedió al morir a Joaquín”.
El
viaje fue duro tanto al principio como al fin, una aventura que pudo costarse
muy cara:
“(...) A
pie, con mil privaciones, llegó a Valencia; sin recursos, hubo de esperar a que
un hermano suyo se los llevara, y ya con dinero regresó por el mismo itinerario
a su hogar rifeño.
“Sin embargo, apenas se internó en Quebdana,
fue asaltado por unos bandidos moros, que le robaron el dinero y objetos de
valor que llevaba y le dejaron maltrecho. Siguió valientemente su camino, y consiguió
llegar a Axdir, después de una penosa marcha”.
La
versión del capellán indica que no sólo barajaba volver a España:
“(...)
Parece que algunas veces mostraba deseos de marchar a Méjico donde tiene ya un
hermano, precisamente el que le llevó los recursos a Valencia cuando la muerte
de su padre, y a quien quiere entrañablemente; pero las mujeres moras son
completamente refractarias a abandonar su país, aun estando seguras de que en
otra parte han de mejorar de condición y de vida; esta es la causa que
seguramente le ha retenido en el Rif, además de su amor a España”.
(Sigue)
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