El
12 de julio –es decir, antes de publicarse en Teruel la noticia que acabamos de
ver-, varios rotativos madrileños ya habían anunciado la concesión el
indulto a Joaquín Ibáñez.
Entre
los que habían pedido el mismo estaban el alcalde de Zaragoza y el presidente de la
Diputación de Teruel. En el primer caso, la iniciativa del regidor tuvo amplia
repercusión nacional, incluso se publicó una foto de los dos cuando Joaquín
visitó Zaragoza; en el segundo solo encuentro esta nota de “El Mercantil”:
“Persiguiendo un fin noble y por tanto
laudatorio, el Sr. Presidente de la Diputación provincial ha telegrafiado al
señor Presidente del Gobierno lo siguiente:
“«En nombre provincia de Teruel, elevo V.E.
ferviente súplica, para que Gobierno que dignamente preside, proponga indulto
Joaquín Ibáñez Bellido, hijo de esta provincia, genero protector marinos
españoles prisioneros en Marruecos.
“Su conducta propia de un espíritu
regenerado, demuestra su intenso autor a España.- Francisco Ferrán»”.
Esto
fue el dos de julio, y el mismo día publica “Heraldo de Madrid”, este despacho
fechado en Zaragoza:
“Enterado el alcalde de que el salvador de
los tripulantes del «Concha» es de la provincia de Teruel, ha remitido un
mensaje a Romanones rogándole que perdone a dicho penado en premio a la
valerosa acción que ha realizado con peligro de su vida.”
Frente
al ostracismo de que fue objeto el pobre Ferrán, dice “La Correspondencia de
España” dos días después:
“(...)
Sigue recibiendo muchas felicitaciones el alcalde de Zaragoza por la solicitud
de indulto que dirigió al Gobierno.
“Hoy le han felicitado el capitán general
señor Huerta y una Comisión de patronos carpinteros, por ser Joaquín de este
oficio.
“También le ha felicitado el presidente de la
Federación patronal, representando a los gremios que la forman”.
Hasta
el propio Joaquín Ibáñez mandó una carta al alcalde de Zaragoza agradeciéndole
su interés, que empieza:
“Muy Sr. Mío: aunque tarde he podido leer la
petición que, en nombre del noble pueblo de Zaragoza y en el suyo propio, ha
dirigido al Gobierno pidiendo mi indulto, lo he leído una y otra vez y siempre
las lágrimas se han agolpado a mis ojos, de agradecimiento y de emoción; Dios
se lo pague y la Virgen del Pilar le conceda a usted y a ese noble pueblo el
premio por su nobleza y generosidad (...)”.
En
agosto, y esta vez sin tener que esconderse de la Guardia Civil o de los
parientes miserables, regresó a su tierra el “moro Joaquín”. Informa “El
Mercantil” el día uno:
“A Melilla llegó de Alhucemas el aragonés
moro Joaquín Ibáñez que tanto hizo en el rescate de los marinos del «General
Concha», hechos prisioneros por los moros.
“Saldrá con dirección a España, marchando
directamente a Teruel, según dicen, y de aquí irá a Zaragoza y luego a
Barcelona, desde donde volverá a Melilla”.
En
una noticia de “El Liberal” fechada dos días después en Málaga, parece que se
ha alterado el orden de los destinos.
“Ha salido para Madrid, desde donde se
dirigirá a Zaragoza, Mahomed el Hach Sibucar, nombre moro con que oculta el
suyo español Joaquín Ibáñez Bellido, más conocido por el «moro Joaquín».
“Va a orar ante la Virgen del Pilar para
darle gracias por haber conseguido el indulto.
“Después marchará a Perales a pasar unos días
con su familia”.
Hay
una crónica en “El Globo”, con fecha del 13, de la estancia de Joaquín en
Zaragoza, donde fue a orar ante la Virgen del Pilar y se reunió con el alcalde,
que concluye:
“(...) Cuando
se le termine la licencia de que disfruta volverá a Melilla, irá a la kabila,
recogerá a su mujer y a sus cuatro hijos y vendrá de nuevo a España, marchando
directamente a Perales, su pueblo natal.
El "moro Joaquín" (derecha), con el alcalde de Zaragoza |
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