22 de diciembre de 2018

LOS PREMIOS DE LA LOTERIA NACIONAL EN TERUEL



Es el del 22 de diciembre el sorteo más popular y mediático de la lotería, pero es en realidad uno más de los que se celebran a lo largo del año. Desde que en 1811, en plena Guerra de la Independencia, nació en Cádiz la lotería moderna y se fue extendiendo por España, han sido muchas las ocasiones en que la suerte ha sonreído a Teruel, no siempre por venderse billetes aquí consignados, sino por la ancestral costumbre de comprarlos fuera para regalo o uso propio.
En la prensa digitalizada, la primera noticia que encuentro de un premio de lotería en Teruel, fue uno menor de 300 pesetas, en el sorteo del 26 de agosto de 1878; en 1885 un cuarto premio fue a Alcañiz.
Por fin, el 22 de abril de 1916 topo con un “gordo” en Teruel; dos series del número 16.648 se vendieron en la administración de un tal Laguía, y “La Correspondencia de España” nos da hasta el nombre de algunos agraciados:

“… Ruperto Moreno, Leandro Torres y Fernando Paracuellos, de Teruel, y Luis Miravete, de Castellote, con uno; el notario de Campos y un viajante de la casa de don Nicolás Rodríguez, de Zaragoza, dos décimos cada uno; pero el segundo había dado participación a la esposa de D. Matías Domingo.
Se ignora quiénes son los poseedores de los décimos restantes, pero se supone que son de viajantes y quintos que acudieron a Teruel con motivo de las operaciones de reclutamiento”.

En 1917 más de uno se llevó un buen disgusto, pues Teruel estaba abonado desde hacía mucho tiempo al número 9.435, y el primer premio fue para el anterior, 9.434. Y al año siguiente, de nuevo “el gordo”, el 1 de noviembre.
También cayó, al menos, el premio mayor en Teruel o la Tierra Baja en mayo de 1955 -aunque el número estaba consignado a Valencia-, febrero de 1945, mayo de 1959, diciembre de 1978, el “Niño” de 1983, septiembre de 1985, mayo de 1986 y, por primera vez, parte del “gordo” del Sorteo de Navidad corresponde a Teruel en 2002… pero se devolvió por no ser vendido. En 2007, esta vez sí, una serie del “gordo” del 22 de diciembre se erxpendió en Teruel y otra en Alcañiz. Según mis apuntes, queda añadir un primer premio el 4 de septiembre de 2016.
Además, son frecuentes los casos de personas que han comprado algún boleto fuera de Teruel -incluso en la administración de doña Manolita, en 1934- y se han visto sorprendidos con un premio importante. Se han repartido por este sistema participaciones agraciadas entre trabajadores de empresas como el ferrocarril Central de Aragón, asociaciones como la Colonia Valenciana o barrios como Las Parras de Castellote.
En el cuadro hay un resumen de los premios que he detectado en la provincia, tanto si la compra se realizó aquí como si se hizo fuera; naturalmente no están ni mucho menos todos los que son, por lo que debe tomarse solo a título de curiosidad.

4 de diciembre de 2018

Morir de frío, cuando en invierno era un riesgo real


Como con los accidentes de armas de fuego, hoy son muy escasas las noticias sobre gente fallecida por congelación. Antaño no se viajaba en coches con climatizador, ni había máquinas quitanieves, y además eran especialmente vulnerables los mendigos y los pobres de solemnidad, mucho más numerosos que en la actualidad. En cualquier pueblo serrano os contarán los abuelos algún caso que han conocido o del que han oído hablar.
No trascendían todos en la prensa digitalizada nacional y regional, pero he encontrado 22 casos con 25 defunciones entre 1878 y 1935, aproximadamente el periodo de entreguerras (tercera guerra carlista-guerra civil del 36), en 18 municipios, más uno en lugar o lugares no identificados. Su distribución es como sigue:

Un caso: Albalate del Arzobispo, Allepuz, Beceite, Calomarde, Castellote, Castelnou, Escorihuela, Fuenferrada, Híjar, La Zona, Martín del Río, Rubielos de Mora, Santa Cruz de Nogueras, Torrecilla del Rebollar, Valdelinares y Villastar.
Dos casos: Monreal del Campo.
Tres casos: Teruel.

En la capital es donde hay documentados más caos no por ser más fría que las zonas del entorno, sino porque era donde se imprimían los periódicos; en pueblos recónditos muchos accidentes pasarían desapercibidos. Llama la atención que dos de ellos fueron junto a la masía “La Santiaga”.
Y también encontramos casos de congelación en lugares relativamente templados, como Albalate, Castelnou, Híjar o Beceite.

La llegada del ángel salvador

Dos noticias he encontrado donde la providencial llegada de otros viajeros salvó de la congelación a quienes estaban en apuros. En ambos casos fue en la misma carretera y cerca de Corbalán.

El primero lo cuenta “Teruel Diario” el 3 de diciembre de 1926. Entre Corbalán y Cedrillas -donde hay que salvar el puerto de Cabigordo- el autobús de Villarroya de los Pinares recogió a un carretero que se hallaba ya inconsciente por el frío dentro de su vehículo. Se le logró reanimar, no sin grandes dificultades, en la casa albergue que había a la entrada de Cedrillas.

Dos años después, el 3 de marzo, el mismo rotativo nos da el nombre del salvador, un tal Rafael Pino, quien se dirigía a Villarroya de los Pinares en un coche de su propiedad, cuando se topó cerca de Corbalán, a tres muchachas casi heladas y medio enterradas en la nieve, a las que llevó a Teruel.
Las chicas declararon que habían llegado en el tren mixto de Valencia, y que como carecían de recursos para tomar automóvil -es decir, el autobús-, decidieron encaminarse a pie al pueblo de Aguilar de Alfambra, donde se hallaba grave su hermana, no sabemos si de las tres, de dos, o de una de ellas.