4 de diciembre de 2018

Morir de frío, cuando en invierno era un riesgo real


Como con los accidentes de armas de fuego, hoy son muy escasas las noticias sobre gente fallecida por congelación. Antaño no se viajaba en coches con climatizador, ni había máquinas quitanieves, y además eran especialmente vulnerables los mendigos y los pobres de solemnidad, mucho más numerosos que en la actualidad. En cualquier pueblo serrano os contarán los abuelos algún caso que han conocido o del que han oído hablar.
No trascendían todos en la prensa digitalizada nacional y regional, pero he encontrado 22 casos con 25 defunciones entre 1878 y 1935, aproximadamente el periodo de entreguerras (tercera guerra carlista-guerra civil del 36), en 18 municipios, más uno en lugar o lugares no identificados. Su distribución es como sigue:

Un caso: Albalate del Arzobispo, Allepuz, Beceite, Calomarde, Castellote, Castelnou, Escorihuela, Fuenferrada, Híjar, La Zona, Martín del Río, Rubielos de Mora, Santa Cruz de Nogueras, Torrecilla del Rebollar, Valdelinares y Villastar.
Dos casos: Monreal del Campo.
Tres casos: Teruel.

En la capital es donde hay documentados más caos no por ser más fría que las zonas del entorno, sino porque era donde se imprimían los periódicos; en pueblos recónditos muchos accidentes pasarían desapercibidos. Llama la atención que dos de ellos fueron junto a la masía “La Santiaga”.
Y también encontramos casos de congelación en lugares relativamente templados, como Albalate, Castelnou, Híjar o Beceite.

La llegada del ángel salvador

Dos noticias he encontrado donde la providencial llegada de otros viajeros salvó de la congelación a quienes estaban en apuros. En ambos casos fue en la misma carretera y cerca de Corbalán.

El primero lo cuenta “Teruel Diario” el 3 de diciembre de 1926. Entre Corbalán y Cedrillas -donde hay que salvar el puerto de Cabigordo- el autobús de Villarroya de los Pinares recogió a un carretero que se hallaba ya inconsciente por el frío dentro de su vehículo. Se le logró reanimar, no sin grandes dificultades, en la casa albergue que había a la entrada de Cedrillas.

Dos años después, el 3 de marzo, el mismo rotativo nos da el nombre del salvador, un tal Rafael Pino, quien se dirigía a Villarroya de los Pinares en un coche de su propiedad, cuando se topó cerca de Corbalán, a tres muchachas casi heladas y medio enterradas en la nieve, a las que llevó a Teruel.
Las chicas declararon que habían llegado en el tren mixto de Valencia, y que como carecían de recursos para tomar automóvil -es decir, el autobús-, decidieron encaminarse a pie al pueblo de Aguilar de Alfambra, donde se hallaba grave su hermana, no sabemos si de las tres, de dos, o de una de ellas.



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