9 de septiembre de 2019

LOS TRES LÍOS DEL PADRE MARROQUÍN, ÍDOLO DE LAS BEATAS Y AZOTE DE LOS MASONES (II)


Anuncio previo al atentado en la iglesia de San Andrés, cuando el padre Marroquín predicaba contra la masonería ("El Turolense - Biblioteca Virtual de Prensa Histórica).

II.- El “petardo” en la iglesia de San Andrés

El explosivo en cuestión lo definían como “petardo” en los periódicos de la época. Pero un petardo, que hoy entendemos como artilugio festivo que se vende en los kioscos, no derriba puertas, ni rompe vidrieras... que es lo que pasó el sábado 26 de octubre de 1889, sobre las 6:30 de la tarde en el vestíbulo de la iglesia de San Andrés, mientras el padre Agustín Marroquín pronunciaba uno de sus parlamentos contra la masonería. Un atentado que por suerte no produjo víctimas, al no haber nadie en dicho vestíbulo cuando ocurrió el suceso.

Nuestro protagonista, que como sabemos levantaba pasiones tanto entre sus defensores como entre sus detractores, oficiaba por tercer día consecutivo misa y sermón. Explica “El Turolense” en vísperas del atentado:

“Todas las tardes ha ocupado la sagrada cátedra del Rvdo. P. Marroquín, desarrollando con gran caudal de conocimientos, mucha mesura y natural elocuencia, los temas que sirven para combatir y desenmascarar la secta masónica”.
Por cierto, la iglesia estaba en buenas condiciones por haber sido recientemente objeto de una restauración.

Llegó el sábado, y el parlamento de Marroquín no debió ser tranquilo. En el relato del suceso que “El Turolense” ofrece posteriormente, se explica que “mientras predicaba el superior de los Paules, una porción de muchachos ya talluditos situados en el vestíbulo donde estalló el petardo, estuvieron pitando con silbatos que atormentaban a los fieles que entraban y salían de la iglesia”. Denunciaba que “ningún representante de la autoridad local, ni del gobernador, tuvo a bien acercarse a los silbantes para apartarlos de aquel lugar de respeto y devoción”.

Y fue mientras el párroco recitaba las oraciones que preceden al Sacramento cuando:

 “(…) Hizo explosión el petardo, una explosión horrorosa cuya detonación se oyó desde largas distancias, al mismo tiempo que venían al suelo las vidrieras del vestíbulo, el farol que lo alumbraba y el medio punto de la mampara, contribuyendo estos derrumbamientos y el humo de la pólvora que penetró en la iglesia a hacer más terrible el pánico y la confusión que se inició”.

Por suerte, los que estaban más cerca de la puerta y los propios sacerdotes contribuyeron a serenar al público, a pesar de lo cual “hubo sustos, síncopes, niños que llorando llamaban a sus madres, hermanos que entraban azorados buscando a sus hermanas y sus madres, ancianos que fueron sacados en brazos, y muchas mujeres que desde la iglesia salieron enfermas por causa del susto”. Parece que el auditorio de Marroquín era mayoritariamente femenino.

Hubo tres detenidos, posteriormente puestos en libertad bajo fianza, y no volvemos a saber del caso.

¿Y los anti-Marroquín? “La Antorcha” ofrece una breve reseña del suceso al día siguiente donde condena el hecho:

 “(…) Todos saben que somos poco afectos al clericalismo y menos a aquellos actos en que interviene el Sr. Marroquín, pero reprobamos de todas veras el acto brutal realizado”.

Y como tenían que dar una de cal y otra de arena, justo a continuación otra noticia: “Dicen que el cura de San Andrés ha verificado un casamiento sin los requisitos legales y que por dicho motivo lo han procesado”. Sin comentarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario