Noticia de “La Correspondencia de España” llegada desde Las Palmas, última que encuentro del “deán de Teruel” antes de su fuga (BVPH del Ministerio de Cultura)
|
La detención del falso deán de Teruel tuvo lugar en El Bodón
(Salamanca), probablemente el 4 de marzo de 1890. A continuación llegó un reguero
de peticiones judiciales, hasta el punto que el propio Tribunal Supremo, el 30
de septiembre de 1890, decidió que el primer lugar donde sería juzgado fuese
Chinchón, leemos en “El País”, el 6 de julio de dicho año. La acusación se
repetía con pocas variaciones una tras otra vez: usurpación de carácter
sacerdotal, ejercicio de actos propios de éste, uso indebido de títulos
nobiliarios, y nombre supuesto y falsedad como medio de realizar una estafa.
Ejemplo típico son los hechos que dieron pie a este primer
juicio, en los que su víctima fue el párroco de Belmonte del Tajo (Madrid),
llamado Rafael González. Coincidió con el estafador en un tren y, deslumbrado
por la personalidad, títulos y parientes del falso deán de Teruel, le invitó a
su casa de Belmonte. Relata “El País”:
“(...) El deán se dejó querer y aceptó la
invitación. Una vez en casa del párroco, le ofreció una canonjía en la
colegiata de Jerez de la Frontera, afirmando que era primo hermano del Sr.
Canalejas, hermano del obispo de Manila e hijo de la marquesa de Puente Genil”.
Allí celebró misa, asistió a un entierro, pronunció sermones...
partió so pretexto de asistir a la profesión de una religiosa, y regresó al
cabo de un mes con una sorpresa para el bueno de don Rafael; le entregó el
ofrecido nombramiento, al parecer firmado por su presunto primo-hermano,
ministro de Gracia y Justicia. Y como remate, añadió una tarjeta de su también
presunta madre, a quien recomendó que visitara una vez en la ciudad gaditana...
recibiendo como compensación 9.000 reales que puso la hermana del incauto religioso.
“El párroco llegó a
Jerez, sufrió el consiguiente desengaño, no halló a la marquesa a quien nadie
conocía, y tuvo que regresar a su modesta iglesia”.
Así iba, de estafa en estafa, y además de sus engaños, por el
mero hecho de presentarse como deán de Teruel recibía valiosos presentes...
hasta topar con el señor Jaramillo, destinado a ser poco después gobernador de
nuestra provincia, y siéndolo entonces de Cáceres.
Según relata Jaramillo a un periodista de “La Correspondencia
de España”, el falso deán le visitó para proponerle entre otras cosas, y como
hizo con el obispo de Coria, la creación de un asilo para jóvenes delincuentes
-y recaudar con dicho fin un dinero que sería para él, claro-, a semejanza de
otros que, afirmaba, había fundado en Córdoba y Sevilla.
¿Por qué sospechó? El estafador, dijo llamarse Antonio Lompart
y, con su habitual desvergüenza, aseguró ser hijo de un anterior ministro de
Gobernación. Pero a Juan José Jaramillo, un tipo listo, no le sonaba ninguno
con este apellido, así que telegrafió a Teruel preguntando el nombre del deán.
Le contestaron que había fallecido tres meses atrás -fue sustituido
por José Fernández y Fernández, nombrado por decreto prácticamente el mismo día
en que era detenido nuestro “deán falsificado”- y que no tenían constancia de
que se hubiese designado otro. Las pesquisas del gobernador determinaron que existía un
Antonio Llompart y era un sacerdote, pero no era el falso deán, sino
que estaba usurpando su nombre, por lo que ordenó su detención.
Aquí comenzó su peregrinar de Audiencia en Audiencia
territorial, de prisión en prisión, terminando en la de Las Palmas, hasta
que... leemos en “La Época”, el 17 de mayo de 1895:
“Del hospital de Las
Palmas, adonde había pasado desde la cárcel para su curación, se ha fugado el
señor Rodríguez Pilares, conocido como “«El deán de Teruel»”.
Y desde entonces, salvo un puñado de órdenes de busca y captura
en boletines oficiales provinciales, ninguna noticia; nada más he sabido de
él, es como si se lo hubiera tragado la tierra.
Orden de busca y captura publicada en los boletines oficiales, en este caso de la provincia de Tarragona (BVPH del Ministerio de Cultura). |
No hay comentarios:
Publicar un comentario