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14 de septiembre de 2014

El “Greñicas”, un bandolero de Montalbán. 1.- Un recluso fugado, el azote de la comarca

Juan Espes Rubio (a) “Greñicas” cometió un doble asesinato en su Montalbán natal hacia 1867. Condenado a cadena perpetua se fugó ¡tres veces! de los presidios de Ceuta y Melilla. Saltó a la prensa nacional y turolense a raíz de su detención en 1892 tras su segunda fuga, cuando sembraba el terror en la comarca. Casi logra escaparse tanto de la cárcel de Montalbán como de la de Teruel, lo consiguió en Almadrones (Guadalajara), cuando era devuelto a África. Volvió a ser apresado y definitivamente se largó de Melilla. Huyó a Francia, donde desaparece su pista, tomando el relevo de su carrera criminal un sobrino igualmente apodado “Greñicas” o “Greñicas pequeño”, Pablo Aznar Espes, implicado en un horrendo triple asesinato cenca de Burdeos.
La detención el día anterior, 3 de enero de 1892, de “Greñicas” es la primera noticia que encuentro de este personaje en la prensa digitalizada del Ministerio de Cultura, y dice lo siguiente:

Ha sido capturado en término de Montalbán el famoso criminal «Greñicas», un compañero suyo y dos confidentes.
“«Greñicas», qué se había fugado de presidio donde cumplía cadena perpetua, era el terror de la citada comarca”.

¿Qué delito cometió nuestro protagonista para dar con sus huesos en presidio? La respuesta la da Francisco. Javier Lozano en la web de Blesa (www.blesa.info), donde reproduce la noticia de la detención que publicó “Diario de Avisos de Zaragoza” el día 8, que entre otras cosas, dice:

“El «Greñicas» empezó su carrera criminal cometiendo un doble asesinato, con dos ancianos, padre e hijo de dicha población por el año 1867. Condenado a cadena perpetua, se fugó del presidio de Melilla en 1878 y desde entonces hacía sus incursiones al país de su origen, ya para cometer venganzas, ya para hacer robos y estafas. En la historia de la criminalidad de dicha comarca no se ha conocido otro que infundiera más pavor. El nombre de «Greñicas» erizaba los cabellos, atemorizaba a las gentes y asustaba a los niños: era una sombra, un fantasma, un demonio, peor que se le veía y todo el mundo lo callaba”.

Pero parece que no solo se escapó de la citada cárcel africana, pues en la reseña del juicio a que fue sometido tras su detención, leemos que “Juan Espes confesó haberse fugado de los presidios de Melilla y Ceuta, donde estaba extinguiendo la pena de cadena perpetua”. Muchos años después, tras el crimen de su sobrino y al hablar de su familia, “El País” apunta que “Juan Espes (a) «Greñicas», que había llegado fugado por segunda vez del presido de Melilla, se propuso ser el terror el pueblo...”.

El primer intento de fuga tras la detención tuvo lugar un mes después, en febrero de 1892; la noticia de “El Eco de Teruel” nos devela, por ejemplo, que los se utilizaban grilletes para amarrar a los presos:

El célebre criminal Juan Espes (a) «Greñicas», capturado hace poco y preso en las cárceles de Montalbán, intentó fugarse el día 5 del actual, a cuyo objeto había conseguido quitarse los grilletes y horadar la pared del calabozo.
“Gracias a la oportuna entrada del barbero para afeitarlo, no pudo efectuar su fuga el temible forajido, el cual es posible que dentro de breves días sea conducido a esta ciudad con las precauciones necesarias”.

Los “breves días” se convirtieron en casi un año, pues el traslado de “Greñicas” y su cuñado y compañero de fechorías, Ramón Aznar (a) “Aragonés” de produjo el 10 de enero, y el 19 de mayo de ese 1893 fueron juzgados por robo. “El Eco de Teruel” refleja que el primero fue condenado a 34 años, y su cuñado a 16 años y dos meses, pero no se dan detalle del delito que les llevó ante los tribunales. De nuevo recurrimos a la versión del “Diario de Avisos de Zaragoza”:

“... Esta vez se dirigió a D. Francisco Sánchez y al industrial D. Lucas Quílez, con amenazas de muerte. Lo exigido eran 1.500 pesetas; habían de ser entregadas al «Aragonés»; y cuando éste tenía el dinero en las manos y se disponía a marchar con él, fue sorprendido por la guardia civil.
“Fueron inútiles las preguntas y ruegos hechos al «Aragonés» para descubrir el paradero del «Greñicas». Pero una vez aquel en la cárcel con varios individuos de la familia o parientes de éste, las autoridades todas dieron gallarda muestra de su actividad y celo, con somatén permanente, registros continuados, vigilancia por todas partes, hasta dar con los bandidos, que se guarecían en una casucha del Arrabal de Montalbán.
“Ante la guardia civil no hicieron resistencia los bandidos, y el «Greñicas», que no se acordó en aquel momento más que de su vida, pidiendo a sus aprehensores se la conservaran, desmintió su historia y la opinión que de él se tenía”.


Aspecto del “Greñicas”, interpretado por el artista de la localidad Antonio Irrisari (cronicasmontalbinas.blogspot.com.es)

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. 2.- Especialista en fugas: a la tercera fue la vencida

Damos un salto en el tiempo hasta diciembre de ese 1893; nuestro personaje sigue en la prisión de la capital y protagoniza un segundo intento de fuga tras el de Montalbán; nos da la noticia de nuevo “El Eco de Teruel”:

“El martes último, recibió por el correo el Sr. Director de la cárcel un anónimo, en el que le notificaban que en la casa se tenía preparada una fuga de presos, todos de penas graves, dirigida por «Greñicas», y que al fugarse tenían el propósito de atentar contra la vida del director y vigilantes. Tomadas inmediatamente las disposiciones convenientes para indagar si el anónimo podía tener algún viso de verdad, se hizo una requisa, de la que resultó que el precitado «Greñicas» y otros presos por graves condena tenían casi por completo serrados los barrotes de los formidables grillos que llevaban, deduciéndose por todo lo demás, que la evasión hubiera sido inmediata a no ser por la oportunidad del anónimo”.

Total, que gracias a sus fugas o intentos, periódicamente es noticia el montalbino. Por la siguiente noticia, publicada por “El Correo de España”, el 1 de julio de 1894, sabemos que logró fugarse dos meses antes pero fue de nuevo atrapado:

El preso que se fugó de la cárcel de Almadrones el día 10 de mayo y que se halla en la actualidad en la se Sigüenza se llama Juan Espes Rubio, natural de Montalbán (Teruel) y tiene pendientes varias penas, entre ellas una de cadena perpetua, otra de treinta años por robo y asesinato y se ha fugado de la colonia penitenciaria de Melilla y de diferentes cárceles. ¿Qué extraño es que se fugara de la de Almadrones? Lo que si admira es que, dada su pericia y práctica, se haya dejado coger”.

Lo gracioso es que alguien aprovechó la noticia de la fuga del “Greñicas” para intentar aprovecharse del miedo que su nombre transmitía y conseguir dinero... y mujeres. Este suceso que narra “El Eco de Teruel” se produjo apenas una semana después de su fuga.

El día 17 del actual se presentó a D. Lucas Quílez, en Montalbán, el vecino de Plou Jaime Ferrer (a) «El Cojo», quien exigió en nombre del célebre criminal «Greñicas», no solo la respetable cantidad de 3.000 duros, sino lo que más gracia tiene, de que le fueran entregadas dos chicas, las que en unión del dinero debían ser entregadas al «Greñicas» y su partida, compuesta de 9 individuos uniformados y armados, que esperaban en el barranco del Infierno.
“Lo relatado llevó la alarma a los pacíficos vecinos de Montalbán y en especial a las mujeres, que desde aquel momento se veían amenazadas de una especie de tributo parecido al de las cien doncellas; mas la Guardia Civil que tuvo conocimiento de los hechos se encargó de depurarlos, haciéndolo con tal acierto y rapidez, que a los pocos momentos quedó desecha la burda trama, urdida para robar a D. Lucas Quílez, y su autor, Jaime Ferrer, fue entregado a los tribunales de justicia, en los que encontrará lo que merece por su proceder criminal”.

El que la sigue la consigue... devuelto a Melilla, vuelve a aparecer en los periódicos por “lo de siempre”. “El Eco de Teruel” informa del hecho, que sucedió la tarde del 4 de octubre de 1895:

“La fuga del célebre criminal «Greñicas», del penal de Melilla, tiene bastante preocupados a los propietarios de muchos pueblos de los partidos de Montalbán y antiguo de Aliaga.
“Las autoridades y la Guardia Civil redoblan sus pesquisas por si pudieran nuevamente presentarse por aquel territorio, teatro de sus temibles hazañas, el terrible bandido que tanto dio que hacer años atrás”.

Y las reacciones no se hicieron esperar. El 27 de diciembre de ese año, denuncia “Siglo Futuro”, aunque dice que no se había fugado sino que estaba en libertad, error que rectifica la prensa turolense a una información similar, como vemos en la foto de debajo:

Ha empezado a cometer nuevas fechorías en la provincia de Teruel el bandido «Greñicas», que hace poco salió del presidio de extinguir una larga condena”.

Noticia publicada la nochevieja de 1895 por “La Opinión”, diario turolense.

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. 3.- El “Greñicas pequeño”, coautor de un triple crimen

Desaparece de la actualidad Juan Espés hasta 1903, en que el crimen de un sobrino, hijo de “Aragonés”, hace que los periódicos se fijen en sus antecedentes. Dice “El País” el 23 de abril, al hablar de la familia de Ramón Aznar Espes con motivo de juicio:

La madre y hermanos de este procesado se hallaban en Francia adonde habían sido llamados por un hermano de aquella, conocido por el «Greñicas» Este sujeto es el tío de Aznar a que antes me refería y que parece ser un pájaro de cuenta.
“El padre estaba en la cárcel de Zaragoza por culpa del «Greñicas»”.

Y, más adelante:

Juan Espes ha sido jefe de una partida de bandidos que cometió una porción de; fechorías en Aragón y Valencia, y actualmente debe hallarse emigrado en el Mediodía de Francia, donde lo vieron su sobrino y Cirujeda en Marzo de 1902.
“Desde Burdeos llamó «Greñicas» a su hermana, que fue con sus hijos más pequeños.
“Ramón Aznar, después de cumplir su condena, que le cogieron varios indultos, se fue a París donde debe continuar según manifestaciones de su hijo Pablo, renegado de esta familia.
“He aquí por qué al regresar de Cuba (donde hizo el servicio militar), el hoy procesado, no encontró en Montalbán a nadie de su familia, y marchó a Burdeos a unirse con su madre y hermanos”.

De repugnante fue tachado el crimen perpetrado por Ramón Aznar hijo, apodado “El Greñicas pequeño”, de 26 años, y otro montalbino llamado Cayetano Vicente Cirugeda (a) “El Churro”, de 31. Fue perpetrado la noche del 23 al 24 de abril de 1902, en el lugar denominado Gratecap del municipio francés de Libourne, departamento de Gironda (Aquitania).
Los autores fueron detenidos en Bilbao y allí juzgados, siendo condenados a muerte. El relato de los hechos aparece en todos los periódicos importantes (El País, Heraldo de Madrid...), como es muy extenso, haré un extracto.
El Gratecap vivía el agricultor Pedro García con su esposa, Concepción Supervia, y el hijo de ambos un bebé llamado Edmundo. Como españoles que eran, proporcionaban trabajo y vivienda a los compatriotas que allí iban, dispensando trabajado y vivienda al “Greñicas pequeño” en alguna épocas en que estuvo en el pueblo.
A medianos de abril de 1902, allí se encontraban Aznar y Vicente; en una ocasión oyeron hablar a Pedro García del dinero que guardaba su mujer, por desgracia para éste. Así relataron los periódicos el crimen:

“A las dos de la madrugada se levantaron de la cama, subieron a la habitación en la que se encontraba Pedro García, su mujer e hijo, y acometiéndolos con navajas, dieron a los tres muerte en el acto.
“La agresión de los esposos se hizo cuando estos estaban completamente indefensos, desprevenidos y solo con la ropas de dormir, y la agresión al niño cuando estaba en la cama.
“Pedro Gracia fue degollado recibiendo de los procesados 31 puñaladas en todas las partes del cuerpo, algunas de ellas en la región glútea cuando estaba muerto y boca abajo.
“Asimismo, Concepción Supervia fue degollada, recibiendo 12 puñaladas en todas las partes del cuerpo.
“El niño también fue degollado, recibiendo ocho puñaladas, todas ellas en el cuello.
“Cometidos estos crímenes, los dos procesados se dedicaron a coger cuantos objetos les convenía, y con ánimo de lucro se apoderaron, por lo menos, de dos billetes del Banco de España, de 50 pesetas cada uno, una moneda de oro de 10 francos, una cadena de plata, dos relojes, un revólver, unas botas y varias ropas, tasados todos estos efectos judicialmente en 50 pesetas...”.

Su paisano “el Churro” no era precisamente un angelito, veamos sus antecedentes:

Vicente Cirujeda, cuenta treinta y un años de edad y es natural de Montalbán (Teruel).A los diecisiete años, fue procesado y sentenciado por fratricidio; a los veintitrés por amenazas de muerte, y otras varias veces por lesiones.”

“Cueva del Greñicas”, donde según el decir popular se refugiaba el bandido.

El "Greñicas", un bandolero de Montalbán. Y 4.- El “Greñicas” mítico, la otra versión

También hay una versión romántica y amable de Juan Espés “Greñicas”, como la que aparece en la guía del Parque Cultural del Río Martín y que reproducen algunas webs de Montalbán, por ejemplo, cronicasmontalbinas.blogspot.com.es. Una versión más que diferente, opuesta a la que hemos visto:

“Os vamos a contar una leyenda que se cuenta de boca en boca, sobre el bandolero «Greñicas» y la cueva donde se refugió, en la montaña conocida como La Muela.
“Había un agricultor en Montalbán llamado Juan Espes, quien, a finales del siglo XIX, se vio obligado a esconderse en el monte por haber desafiado a un adinerado y apoderado cacique de Montalbán al enfrentarse a él por los abusos que cometía contra los pobres y al que dejó malherido tras su pelea.
“Encontró refugio en el macizo de la Muela, donde perseguido por los seguidores y criados del cacique, pudo despistarlos refugiándose en una cueva cuya entrada estaba oculta por los matorrales que crecían alrededor. Durante mucho tiempo estuvo en el monte, descuidando su aspecto, una larga y desordenada cabellera creció a la vez que su barba, se alimentaba de lo que el monte le ofrecía y bebía agua de las fuentes cercanas, la de los Vaciones y la de Valdemiguel.
“Después de mucho tiempo, regresó a Montalbán creyendo que le habían olvidado o dado por muerto; su aspecto descuidado y su gran melena le merecieron el apodo de «El Greñicas», contando a las gentes que se había refugiado en una pequeña cueva. Fue apresado e ingresado en prisión, se fugó en varias ocasiones, regresando a Montalbán, y cuentan que formó una cuadrilla de bandoleros que recorrieron el río Martín.
“Cuenta la leyenda que, cansado de vivir acosado por los agentes de la ley, se marchó a Francia, donde tuvo familia y murió.
“Esta es la historia del bandolero «Greñicas» y su cueva”.

Ningún crimen... pero sí una cueva que inmortaliza el nombre del bandido en la toponimia montalbina, y una figura mítica para el patrimonio de la villa.

Y un apunte final, en septiembre de 1920 fue noticia otro “Greñicas”, de raza gitana, un tal Marcos Utrera Cortés, que en compañía de su hermano Juan (a) “Tartaja” asesinaron por tierras granadinas a los dos guardias civiles que los trasladaban a un presidio.

Pie de foto: plano de la cueva a la que da nombre Juan Espes (elmundotespera.wordpress.com).