Pero no era
la norma que los ataques de lobos causasen víctimas humanas, solo entre los
animales domésticos. Fueron constante medio de preocupación el medio rural, y
la última presencia de lobos la detecto en 1931, gracias al “Heraldo de Madrid”
del 9 de diciembre:
“TERUEL, 9.- En el pueblo de
Riodeva el vecindario está aterrorizado ante la presencia de los lobos, que por
las noches asaltan los corrales y matan a los animales domésticos. El alcalde
ha solicitado que se le autorice para la defensa por envenenamiento”.
No siempre
son informaciones del apartado de sucesos, por ejemplo en “El Turolense” del 24
de julio de 1877 se cuenta lo siguiente:
“Hemos tenido ocasión de ver una loba,
bastante desarrollada y unos dos meses de edad, que lleva sujeta con una
cadena, un hombre del pueblo de Noguera, cuyo animal, según parece, fue cogido
por otros dos de su misma clase, en el expresado pueblo, y por el sujeto que lo
conduce”.
Muchas eran
las bajas que provocaban en el ganado, pues al penetrar en un corral
ocasionaban auténticas masacres. Y alguna situación apurada como la que narra
el mismo periódico el 5 de abril de 1878:
“Dirigiéndose un vecino de Calaceite desde
esta villa a Castelserás, se vio acosado días pasados por un lobo, al que no
logró ahuyentar sino después de haber encendido una hoguera”.
En abril de
1877, “El Turolense” denunciaba lo siguiente:
“Hace cuatro o cinco meses que el territorio
comprendido especialmente entre los partidos judiciales de Mora, Aliaga,
Montalbán y Teruel vaga una manada de hambrientos lobos que producen diariamente
considerables bajas y pérdidas grandes a la ganadería y hasta el terror entre
los campesinos del país, porque tal es la nunca vista audacia de aquellas
fieras a que los pueblos rurales no pueden perseguir y exterminar como lo
conseguían otras veces, en especial por carecer de armas de fuego”.
El mismo
año, en noviembre, se da cuenta de otro grupo de lobos por las inmediaciones de
Orihuela del Tremedal:
“(…) Que ha matado en poco tiempo más de 200 reses. En la noche del domingo
último pasado, sin ir más lejos, degollaron aquellas fieras 20 cabras
pertenecientes a un conocido propietario de dicho pueblo”.
También en
el 87, vemos noticias de la captura de un gran lobo en Camarena y de los
destrozos causados por estos animales en dos parideras de Corbalán.
Porque, las
crónicas del año siguiente, sitúan a los lobos muy cerca de la capital; se
habla de una manada de siete lobos, y hay constancia de su actuación en
Valdecebro, Corbalán, Villalba Baja, Tortajada, Formiche Alto... Y vean esta
curiosa noticia publicada por “La Provincia” el 7 de septiembre de 1879:
“En un barranco cerca de esta ciudad se ha
encontrado un lobo muerto a consecuencia, según dicen, del terrible pedrisco
que descargó en esta capital y sus contornos el 31 último”.
En los
veinte últimos años del siglo XIX, las noticias sitúan a los lobos en lugares
tan variopintos como Bañón, Híjar, Valdelinares, Calanda... Pero el cercano
Corbalán parecía ser sitio asiduo de estos cánidos. Concluimos con “La Verdad” del
9 de abril de 1893:
“Ha sido autorizado el Ayuntamiento de
Corbalán para poner bolas de estricnina en los sitios convenientes y con las
precauciones debidas, para la destrucción de los lobos que vagan por aquel
término municipal”.
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